Discurso del Presidente

Discurso de San Lucas 2013

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Excelentísimo Señor Vicerrector de Profesorado, Excelentísimo Señor Consejero de Educación, Excelentísimo Señor Presidente de la Real Academia de Medicina, Ilustrísimo Señor Decano, estimados profesores y compañeros,

Me gustaría comenzar por agradecerles, en nombre de todos los integrantes de la Academia de Alumnos Internos de Medicina de esta Universidad, el espacio que nos conceden cada año en la festividad de nuestro patrón para presentar un retazo de la vida de nuestra academia.

Señor Vicerrector, ilustres miembros de la mesa, en nombre de nuestra institución, les agradezco su presencia en esta celebración, por ser un día especial para nuestra Facultad y, sobre todo, por serlo para los Alumnos Internos, que toman posesión de su plaza en este acto.

Señor Decano, en nombre de nuestra institución, le agradezco que una vez más nos haya hecho partícipes de esta festividad, que con tanta emotividad recordamos todos los que la hemos vivido.

No puedo continuar este discurso sin dirigirme a nuestros estimados profesores. Profesores, que han dedicado una vida a ofrecernos sus conocimientos, que nos han transmitido su más valiosa experiencia, y que han destinado todos sus esfuerzos a convertirnos en profesionales de la medicina, responsables y humanitarios. Quiero transmitir mi más sincera enhorabuena a los profesores que hoy alcanzan su jubilación: los doctores Gil-Carcedo, Maquet, Moreno, Paradinas, Flórez y Tejerina, y las doctoras Miner y Ovelar. En palabras de William Ward: “El profesor mediocre, dice. El profesor bueno, explica. El profesor superior, demuestra. El profesor excelente, inspira.” Gracias por ser una fuente de inspiración para todos nosotros. Deseamos sinceramente que esta nueva etapa de sus vidas les llene de satisfacciones personales y nuevas experiencias. Y por supuesto, también quiero felicitar a los profesores y al personal de administración y servicios que en este día celebra los 25 años de servicios a la Facultad.

Quisiera agradecer también a todo el personal de Urgencias del Hospital Universitario Río Hortega y del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, que siempre con la mejor disposición y mucha paciencia, dedican cada día, de forma altruista, una valiosa parte de su tiempo para que nos formemos como profesionales de la salud y, sobre todo, como personas.

También quiero transmitir mi reconocimiento y admiración a los investigadores de los diferentes Departamentos y Laboratorios de la Facultad. Sabemos que la investigación es una tarea ardua e incluso, en algunas ocasiones, ingrata. Sin embargo, nosotros compartimos con ustedes el ideal de evolución y perfeccionamiento de la medicina, así como la firme convicción de que poco podríamos hacer por nuestros pacientes si relegáramos la investigación básica y la investigación aplicada a un segundo plano. Tengan siempre presente que para empezar un gran proyecto, hace falta valentía y; para terminarlo, perseverancia.

Finalmente, me gustaría gratificar a un sinfín de personas que contribuyen diariamente al desempeño de nuestras funciones. Son muchos los nombres que ahora recorren mi mente, pero desafortunadamente no puedo nombrarlos a todos, así que a todos aquellos que son y no están: muchas gracias.

Han transcurrido ya más de 115 años desde que se fundara nuestra querida Academia. Quizá esta institución haya sufrido en los últimos años una transformación que, para muchos de los aquí presentes, antiguos miembros de la Academia, sería impensable. Esta transformación evoca en mí un famoso aforismo de Schopenhauer: “El cambio es la única cosa inmutable”. Es cierto: cualquier ente que se precie cambia, evoluciona y mejora con el paso del tiempo. Pero debemos reflexionar ahora sobre la necesidad de estos cambios: ¿acaso la sociedad toleraría que un estudiante de medicina atendiera una urgencia vital sin ninguna supervisión? ¿o sería posible que la rigidez del sistema educativo nos permitiera abandonar las clases magistrales para dedicarnos a las labores asistenciales, sin sufrir ningún tipo de repercusión? Es evidente que la Academia se ha renovado, pero nuestro espíritu y filosofía siguen siendo los mismos que los de nuestros predecesores.

Todos nosotros continuamos esforzándonos por poner en marcha múltiples iniciativas que favorezcan la formación médica de nuestros propios integrantes y del resto de la comunidad educativa. Es por ello, que la vocación de la actual Junta Directiva es impulsar un ambicioso proyecto formativo que, poco a poco, siente los cimientos de un conocimiento sólido y una buena práctica médica. Ejemplo de ello son el “Taller de Vendajes Funcionales y Electrocardiografía Clínica”, realizado en mayo de este año, y el “Curso de Soporte vital en el adulto y el niño, manejo del desfibrilador automático, manejo de la obstrucción de la vía aérea y posición lateral de seguridad”, realizado este mes en colaboración con la Sociedad Castellana y Leonesa de Medicina Familiar y Comunitaria. Aprovecho para agradecerles su colaboración y pedirles que continúen apoyando nuestra formación, como han venido haciendo hasta ahora. No olvidemos que a quienes ustedes están enseñando hoy, son los médicos que les asistirán cuando lo necesiten en el futuro.

Como cada año, continuamos trabajando en nuestra revista: la Revista Clínica. Pondremos nuestro máximo tesón para que este año se publique un nuevo ejemplar. Les aliento a contribuir con nosotros enviándonos sus trabajos sobre temas clínicos, de investigación o sobre medicina y sociedad. Por otra parte, se están ultimando los detalles para el lanzamiento de la edición digital de la revista, que se encuentra en la fase final de desarrollo, y que esperamos que esté disponible a la mayor brevedad posible.

En este momento, quiero dar la enhorabuena a los nuevos Alumnos Internos que se convierten hoy en miembros Numerarios de nuestra Academia. Les felicito no sólo por haber superado una prueba de selección difícil, sino por haber realizado un esfuerzo voluntario durante los últimos meses para conseguirlo. Estoy seguro de que muy pronto verán recompensado su trabajo.

Antes de finalizar, me gustaría dirigir unas palabras a los nuevos miembros de la Academia de Alumnos Internos. Hoy se inicia una nueva etapa en vuestra carrera, una etapa diferente de todo lo que conocéis hasta ahora. Desde este momento, tendréis que encontrar un equilibrio entre vuestros estudios y el trabajo en el hospital o vuestro departamento. Poco a poco, os daréis cuenta de que la experiencia que vais adquiriendo complementa y enriquece vuestra formación, y os haréis conscientes de la realidad que os tocará experimentar al finalizar la vida académica. Aprovechad esta oportunidad que se os ofrece, no os dejéis llevar por el desinterés en los momentos difíciles, aprended lo mejor de cada profesional que encontréis y, sobre todo, disfrutad de esta experiencia inolvidable. Mis más sinceras felicitaciones a todos. Muchas gracias.

Me dispongo ahora a llamar a los Señores Alumnos Internos Numerarios a los que el Señor Decano, y el resto de honorables miembros de la mesa, les harán entrega del Diploma que les acredita como miembros de pleno derecho de la Academia de Alumnos Internos.

Alumnos Internos del Área Clínica

Alicia Aguado de Benito

Rubén Alonso Beato

Ana Alonso Martínez

Raisa Álvarez Paniagua

Noelia Andrés Hernández

Juan Asensio Nogueira

Isabel de la Calle Gil

Álvaro Carbayo Viejo

Beatriz Cófreces Pérez

Lara Domínguez Hernández

Ester Fernández Guzmán

Verónica Fidalgo González

Marta Franco Horta

Laura García Calvo

Marta Garrido Barbero

Ana Garrote Llordén

Carmen González Alonso

Mónica Gutiérrez Martínez

María Jaime Azuara

Jimena Lázaro González

Caterina López Villar

María Elena Méndez Martínez

Rubén Moreda Álvarez

Diana María Narganes Pineda

María del Carmen Pérez Martínez

Clara Perosanz Silvo

Alba Puente García

Alberto Redondo González

Alejandro Rodrigo Manjón

Rodrigo Santos Santamarta

Sabela Verea Varela

María Zarza Arribas

Estefani Zúñiga-Villacrecis Viza

 

Alumnos Internos del Área de Investigación

Luis Francisco Dueña Bartolomé

Borja Esteban de Andrés

Patricia Esteban Martín

Eva Galindo Cantalejo

Jorge González Zamora

Íñigo Lorenzo Martínez de Ubago

Jesús Peña López

Natalia Vergara Molina

Viktor Yordanov Zlatkov

Discurso de San Lucas 2012

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Excelentísimo Señor Rector, Ilustrísimo Señor Decano, estimados profesores y compañeros, en nombre de la Academia de Alumnos Internos de Medicina de esta Universidad, les agradezco profundamente este espacio que un año más nos conceden para acercarles la realidad de nuestra Academia.

Señor Rector, en nombre de la Academia, agradezco su presencia en esta celebración de San Lucas, ya que ése es un día especial para nuestra Facultad y sobre todo para los Alumnos Internos que toman en este acto hoy posesión de su plaza.

Señor Decano, en nombre de la Academia, le agradezco que año tras año haya tenido esta deferencia con los Alumnos Internos de la Facultad, su cercanía y su esfuerzo porque cada año podamos seguir luchando para mantenerla viva.

Mis siguientes palabras no pueden ir dirigidas más que a los profesores que han alcanzado el merecido descanso de la jubilación y hacia aquellos que junto al personal de Administración y servicios han trabajado en nuestra Facultad durante veinticinco años, y que en el día de hoy son homenajeados por todos nosotros como premio sobradamente merecido a su esfuerzo y dedicación. Mi más sincera enhorabuena.

No puedo dejar de agradecer tampoco a todos los miembros de los servicios de Urgencias tanto del Hospital Clínico Universitario de Valladolid como del nuevo Hospital Río Hortega, que con paciencia, disposición, atención y simpatía, día a día hacen posible nuestra labor y nuestra formación, como médicos y como personas. Sin olvidar tampoco a los miembros de los servicios de secretaría, de los distintos departamentos, de los laboratorios, de jefatura de estudios y administración, sin los cuales, tampoco sería posible llevar a cabo todas nuestras funciones. Pero he de hacer una mención especial a todos aquellos de nuestros maestros y compañeros que están sufriendo las consecuencias de esta terrible crisis. Personas que nos han demostrado su cariño, su profesionalidad y su disposición desinteresada para con los alumnos internos, personas que nos ayudan en nuestra formación y nuestra labor, y que a pesar de sus preocupaciones, nos corrigen nuestros errores, nos escuchan y nos explican sin borrar nunca su sonrisa. Solo puedo decirles ánimo, puesto que la gente que vale, que se compromete con la vida y con los pacientes, y que se esfuerza y lucha por lo que ama, acabará logrando lo que se proponga. Y por supuesto, no debo olvidar tampoco al Doctor Manso, gran maestro y mejor persona, del que todos hemos recibido y del que guardamos alguna anécdota, alguna frase, pero sobre todo, su disposición para el paciente y su vasto conocimiento y excelente ejercicio de la medicina, manteniéndose  abierto siempre a los alumnos. Que en paz descanse.

Es para mí un orgullo estar hoy aquí dirigiéndome a todos ustedes, a pesar de las duras pruebas a las que nuestro tiempo nos está sometiendo, y que ni siquiera nuestra Academia está indiferente.  Nunca imaginé que fuese a tomar el relevo de ser la representación de esta institución que frente a los cambios políticos, educativos y sociales que se han experimentado en los más de 110 años que lleva en esta facultad, sigue en pie, luchando cada día, cada año, por tratar de llevar a los estudiantes de medicina más allá de las aulas, llevarle al paciente, a la sociedad, a la realidad, fuera de los libros. Porque nuestra Academia refleja lo que está sucediendo en nuestro más próximo entorno. Cada día parece una lucha por conseguir más con el menor esfuerzo, y una tenaz insistencia en conseguir títulos y reconocimientos, oficiales o no, a nuestro trabajo. Se está perdiendo el verdadero valor vocacional de nuestra profesión. Se nos exigen resultados, números, eficiencia, eficacia, productividad… Se da un costo a la atención a la salud, cuando una vida no tiene precio. Siempre se me dijo que un médico nunca deja de ser médico, aun cuando su jornada (hasta ahora al menos) era de ocho horas diarias y sus guardias, puesto que su obligación era atender al inválido, al enfermo, al traumatizado, al accidentado… independientemente de su raza, sexo, color, condición social… en cualquier momento y lugar. Ahora, se nos está dirigiendo a cambiar el valorar el estado general del paciente cuando lo vemos entrar en consulta por ver su color de piel y sus rasgos físicos, en lugar de preguntar por el motivo de consulta pedirle la carta de inmigración o la tarjeta sanitaria. Desde luego, esta situación no es culpa de unos pocos, sino que todos, incluidos los que aún no hemos entrado a formar parte de la población activa, hemos contribuido de uno u otro modo, pero es evidente que pagan más las consecuencias quienes siempre han estado en la base y no los de la cúspide. Y evidentemente, una pirámide, sin base, se cae. Por eso, como nueva presidenta de la Academia, animo a estos nuevos miembros que hoy comienzan su andadura, que sigan luchando por lo que quieren, por tratar de dar de sí mismos lo más que puedan y que recuerden que nadie les va a reconocer nada. Pero que pese a ello, sigan luchando por lo que quieren, porque la mayor recompensa es la satisfacción del trabajo bien hecho, de hacer lo que te gusta, de una sonrisa y un “gracias” de alguien a quien le has aliviado el sufrimiento. Que pese a los recortes, los rescates, los riesgos,… sigue habiendo cosas que no se compran con dinero. Que aprovechen esta extraordinaria oportunidad que se les brinda para poder entrar en contacto con lo que verdaderamente venían buscando cuando decidieron dedicarse a esta dura, pero agradecida profesión.

Es cierto que los alumnos internos cada vez tenemos menos presencia, pero cada vez se da, como ya he dicho, más importancia a nuestra preparación teórica y títulos oficiales, quedando nuestra actividad práctica a un segundo plano. Pero es que además, en una práctica de medicina defensiva, cada vez se da menos autoridad y responsabilidad a los novatos, incluidos los R1.

No acabar sin recordar que, ante todo, somos compañeros. Son tiempos difíciles para todos, por lo que os pido que no lo utilicéis para aumentar la ya conocida competitividad que cada día aprecio más entre nosotros y nos apoyemos, nos ayudemos. Pero sobre todo, que seáis honrados y honestos, con vuestros compañeros, pero sobre todo, con vosotros mismos.

Durante este año hemos continuado ofreciendo cursos para completar la formación de nuestros compañeros, dirigidos bien a todos los alumnos de nuestra facultad como exclusivamente a los alumnos internos para mejorar su preparación. Durante el pasado mes de octubre se llevó a cabo nuevamente el curso de técnicas sanitarias básicas, dirigido a alumnos internos, donde se les enseñó la colocación de vías, suturas sencillas y sondaje.  Durante el mes de abril de este año se ofrecieron unas charlas sobre actuación en urgencias. Desde aquí queremos agradecer la participación activa y su implicación tanto a los profesionales que se ofrecieron para colaborar con nuestra Academia, como a aquellos de nuestros miembros que se esforzaron por preparar y exponer una serie de casos clínicos interactivos.

En lo referente a nuestra revista “Clínica”, este mes de mayo se envió el último número de la misma, que comprendía los números 21 y 22 de la misma. Como habréis podido comprobar aquellos que estáis suscritos a la misma, en este último número se pidió una puesta al día en el pago de la misma, ya que es gracias a ustedes y a todos quienes participan enviando sus artículos los que hacen posible que año tras año nuestra revista siga viva. Este año tenemos el objetivo de elaborar la versión online de nuestra revista, adaptándonos a los nuevos tiempos, de modo que sea mucho más accesible para todos nuestros miembros y suscriptores, así como dar a conocer nuestra revista a un público mucho más amplio. Para ello, se va a tratar de crear enlaces a través de páginas ampliamente consultadas y conocidas por un público amplio, como Medline o Pubmed. Con esta nueva versión de “Clínica” queremos ofrecerles, asimismo, un sistema de pago más sencillo y seguro, instrucciones que se irán haciendo públicas en corto plazo.

En lo que respecta  al funcionamiento interno de la academia durante este año, cabe mencionar ante todo el gran desarrollo de nuestra propia página web, que cada día, gracias a la enorme implicación y al meritorio esfuerzo de nuestro compañero David Pérez Torres, se va mejorando, evolucionando y adaptando a las nuevas circunstancias y necesidades de nuestra Academia. Durante estos dos años de funcionamiento de nuestra web, ha sido muy notoria la ventaja que ha supuesto en cuanto a la manera de contactar y comunicarnos con nuestros compañeros, así como la manera de exponer y comprobar nuestras guardias. Como novedades, se ha instaurado un sistema de mensajería directa o chat, un correo directo a los diferentes miembros de la junta directiva, y próximamente, un enlace directo a la versión electrónica de nuestra revista “Clínica”.

Discurso de San Lucas 2011

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Excelentísimo Señor Rector, Ilustrísimo Señor Decano, estimados profesores y compañeros, en nombre de la Academia de Alumnos Internos de Medicina de esta Universidad, me dirijo a ustedes para agradecerles, en primer lugar, la concesión de este espacio para presentarles un retazo de la vida de nuestra academia.

Señor Rector, es un placer tenerle hoy entre nosotros, un día importante para esta facultad y, en especial, para los Alumnos Internos que toman hoy posesión de su plaza. Señor Decano, en nombre de la Academia, le agradezco que año tras año tenga esta deferencia con los Alumnos Internos de la Facultad. Su compromiso con nuestra entidad es firme, por este motivo quiero agradecerle su apoyo y confianza en todas nuestras empresas.

Mis primeras palabras son de reconocimiento y congratulación para los homenajeados en el día de hoy. Para aquellos que alcanzan su jubilación, los  doctores Ardura, Blanco, Castañeda, Palencia y Fernández del Busto, ejemplos todos, de una abnegada labor docente y asistencial; quiero desearles que esta nueva etapa que comienzan haga honor a su etimología y sea un periodo pleno y lleno de júbilo. En cuanto a la Dra. Rocher Martín, espero que sus próximos años estén llenos de éxitos y experiencias gratificantes tanto dentro como fuera de los muros de esta facultad.

Continuaré mi discurso con más palabras de agradecimiento. En verdad, los miembros de la academia somos unos privilegiados, contamos con la simpatía y la atención de una gran mayoría de la comunidad docente de esta facultad, así como con la disposición y atención de los profesionales que nos acogen en sus servicios. Quiero mostrar mi más sincera gratitud, en nombre de todos los alumnos que integramos esta institución, a los equipos de Urgencias de los Hospitales Clínico Univeristario y Rio Hortega; al Dr. Usategui por cedernos su espacio y al Dr. Bermejo por haber hecho posible la ampliación que nos ha permitido mejorar nuestra formación en su servicio del Río Hortega ; a los adjuntos y residentes de los servicios, institutos, laboratorios  y departamentos que nos acogen; a la jefatura de estudios y al personal de administración que sostiene el peso de toda la burocracia que estas relaciones entrañan. Son muchos los nombres que ahora recorren mi mente, pero me alargaría en exceso, así que a todos aquellos que son y no están: gracias.

Nuestra estimada academia continúa abierta a todos y entregada a la comunidad docente que la alberga y a la que tanto debe. El curso pasado fue un año intenso, de profundos cambios que se labraron con éxito. La ampliación al HURH constituye el hito fundamental de la presidencia pasada. Sami, compañero y amigo, luchó con ahínco por aquello en lo que creía. Imaginó una academia más cercana, activa y amplia y trabajó con empeño por implicarnos a todos en la consecución de su objetivo, siempre como estandarte ejemplar de dedicación y sacrificio. Hoy, los frutos de su labor son  fácilmente visibles. Como era de esperar, para aquellos que le conocemos, Sami no se conformó con esto, sino que sacó adelante cursos y jornadas que pretendían mejorar nuestra formación y la del resto de alumnos y ahondar en aquellas cuestiones que gozan de menos espacio en los programas académicos. Así, se llevaron a cabo con gran éxito los cursos de “Técnicas sanitarias básicas”; “Exploración física básica”, dirigida a los alumnos de 3º, 4º y 5º; “Jornadas sobre sexualidad” y “Jornadas sobre la relación Médico-Paciente”; algunos de los cuales han visto y verán su segunda edición a lo largo de este año.

Mi objetivo es seguir la línea que trazó mi predecesor durante su presidencia. Como vicepresidente adjunto que fui, tuve la oportunidad de aprender de él, así que, aunque me será difícil igualar la impronta de su paso por esta institución, tengo un excelente reflejo en el que encontrar el rumbo cuando crea haberlo perdido. Durante este curso planeamos realizar unas jornadas en las que acercar a los alumnos la práctica cotidiana en el servicio de Urgencias. Para ello esperamos contar con la colaboración de algunos residentes y de los propios alumnos internos con el fin de exponer casos clínicos y desarrollar prácticas sobre diagnóstico radiográfico, bioquímica clínica y otras nociones útiles en Urgencias. Junto a este curso, proyectamos realizar unas jornadas sobre Toxicología.

Por otro lado, estamos diseñando unas conferencias en las que el cuerpo de investigadores de esta facultad tenga la oportunidad de exponernos sus avances y proyectos, así como de explicarnos cómo es la vida laboral de un investigador y qué hacer si deseamos seguir sus pasos. Asimismo, tengo el placer de anunciarles que próximamente verá la luz nuestra nueva Web en la que hemos aunado las competencias de los portales preexistentes y diseñado nuevos espacios que pudieran dar soporte a una posible futura edición digital de nuestra revista. Nuestro compañero David Pérez Torres ha trabajado duramente en ella y desde aquí quiero expresarle mi reconocimiento.

Nuestra revista, tras un número que recogió conjuntamente los artículos de los dos años previos, verá nacer una nueva edición que próximamente estará lista y a su disposición.

Como ven, la academia goza hoy en día de una gran salud. Sus más de cien años lejos de debilitarla la han hecho madura y sabia. Hoy contamos con más de 70 miembros que cooperan en investigaciones en laboratorios e institutos; participan, en mayor o menor medida, en sus servicios y continúan atendiendo sus guardias. Hay un número creciente de opositores, colaboradores y participantes en nuestras actividades. Esto es posible gracias a que un numeroso grupo de estudiantes cree que hay algo más en nuestra formación que las afiladas hojas de los manuales y las sobrias paredes de nuestra facultad, alumnos que apuestan por su trabajo, confían en la Academia y depositan sus esperanzas en el conocimiento que se desprende de la práctica clínica y espera ser aprehendido.

Sé que muchos de ustedes, antiguos alumnos internos que conocieron la academia en otro momento, no lo creen así. Me consta que piensan que nos dedicamos en exceso a la elaboración masiva de apuntes, o mejor dicho, a la transcripción literal de las clases y que nuestro interés, aunque existente, es insuficiente. Aún a riesgo de contradecirme les diré que estoy completamente de acuerdo con ustedes. Ahora bien, les ruego que por unos instantes reflexionen en la realidad del sistema actual; piensen qué valoran cuando se encuentran frente al examen de un alumno; pregúntense si el sistema permite premiar el compromiso; pónganse en el lugar de un alumno interno que abandona sus clases y seminarios de asistencia obligatoria por acudir a un servicio hospitalario y participar en la jornada laboral habitual del servicio; piensen en el trabajo extraordinario que deberá realizar con posterioridad para preparar y estudiar todo el temario del que será examinado. Creo que ninguno de los aquí presentes dudará de que nuestro hipotético alumno tendría una formación muy superior, que sus conocimientos estarían mejor fundados y que éstos serían más sólidos y útiles para el desarrollo de su profesión. Sin embargo, si somos justos, también deberíamos ser conscientes de que sus ausencias serían penalizadas y que la falta de adecuación de sus apuntes a las nociones impartidas en clase se reflejaría negativamente en sus calificaciones. En definitiva, un alumno más comprometido y mejor formado que, sin embargo, dada la rigidez del sistema, lejos de ser premiado se ve perjudicado.

No pretendo, con esto, criticar la falta de adecuación de los programas a la realidad del alumno, ni justificar nuestra dificultad para comprometernos con un servicio. Es la crítica, en su sentido griego original: discernir, separar y analizar, la que hoy quiero traer a este anfiteatro. Por este motivo, creo que el primer paso es juzgar nuestra actitud ante este y otros problemas de la vida académica. No creo útil ni cierto culpar al sistema de esta situación, pues los primeros responsables somos nosotros: nuestra pasividad, competitividad y falta de solidaridad, nos deja solos y agotados para enfrentar los cambios que anhelamos. No existe ningún avance sin que se dé una revolución personal previa. Con esta premisa me dirijo ahora a mis nuevos compañeros. Si deseamos abrir nuevas puertas y crear un nuevo paradigma en el que lo primero, por encima de la promoción personal,  sea el avance científico, la atención sanitaria y la formación académica, debemos prepararnos y formarnos para, cuando nos den las oportunidades que ansiamos, no defraudar ni decepcionar a aquellos que confiaron en nosotros.

Para acabar, quiero dedicar mis últimas palabras a los nuevos alumnos internos. Bienvenidos a nuestra academia, desde hoy formáis parte de la vida e historia de esta institución. Os felicito, habéis dado buena muestra de vuestra aptitud, al superar la oposición. Sin embargo, tenéis por delante un compromiso más difícil: demostrar vuestra actitud. Pero no os preocupéis, no estaréis solos, durante vuestra estancia en la Academia encontraréis, como yo lo hice, compañeros que se convertirán en amigos; pacientes que se convertirán en maestros; dificultades que se tornarán metas; errores que os enseñarán la importancia de vuestro trabajo y por último, dedicación que recogeréis en forma de gratitud. Vuestro ejemplo trae a mi memoria y por ende a este discurso aquellos versos de Ezra Pound sobre la usura:

“Con usura ningún hombre tiene casa de
buena piedra
cada bloque pulido y bien trabado
para que el diseño cubra su cara.
[…]
Con usura
ninguna pintura es hecha para durar ni para vivir con ella
sino que es hecha para venderse y venderla pronto
con usura, pecado contra natura,
tu pan es cada vez más de trapos viejos
seco es tu pan como papel,
sin trigo de montaña, sin harina fuerte
con usura la línea se hace gruesa
con usura no hay linde claro
y ningún hombre puede hallar sitio para su morada.”

Manteneos fieles a vuestra generosidad y altruismo pues, como ya sabréis, ninguna de las grandes obras ni avances de nuestro tiempo, y menos en nuestro campo, se consiguieron con usura. Si algo logró la usura fue que olvidáramos nuestros valores y nos ahogáramos en un mar de cifras, intereses, y palabras como “bonos de rescate”, “deuda de riesgo” y otros signos de un sistema enfermo. Por eso os ruego que desterréis de vuestra mente la ley del mínimo esfuerzo, de alcanzar el máximo poniendo lo mínimo y de pagar con cantidad aquello que solo admite calidad como retribución.

Recordad estas palabras de Séneca: “Ad astra per aspera”, hasta las estrellas a través del sacrificio. Grabadlas en vuestro hipocampo y olvidadlas allí para que, cuando en mitad de una guardia, una tediosa bruma de apatía se apodere de vosotros y os lleve a preguntaros: ¿Qué hago yo aquí? , os respondáis: hasta las estrellas por el camino difícil. Esa es vuestra ruta, aquella sobre la que se fundan los principios del método científico; esa en la que os equivocaréis y aprenderéis; aquella en la que el esfuerzo no siempre es reconocido; esa misma que os pondrá a prueba para que os convenzáis de cuánto deseáis vuestro objetivo; aquella que entretuvo a Ulises durante años atracando en puertos improbables, deambulando por lugares imposibles y conociendo lo increíble antes de llegar a Ítaca sabio y enriquecido; pues la senda más hermosa no es la que os llevará más rápido, sino la que os llevará más lejos. Es ese mismo camino el que hoy os trajo aquí y cuyos primeros pasos daréis bajando los escalones que ahora nos separan.

 

NUEVOS ALUMNOS DE INVESTIGACIÓN
Violeta Esmeralda García Vega
Óscar Soto Angona
Elena Méndez Martínez
Ainara Portela Martín

ALUMNOS INTERNOS DE CLÍNICAS
Marta Nielfa González
Cristina Pindado Ortega
Patricia Ruiz Bueno
Rebeca Sigüenza González
Marta Cimavilla Román
Hugo Bermejo Morales
Paula de la Torre Vélez
Pilar de Ponga López
Eva Alonso Calderón
Ángela Palenzuela Blasco
Pablo Fernández González
Irene Teresa Martín Morquecho
Ana Abarquero Diezhandino
Patricia Mimoso Bartolomé
Susana Ochoa Vilor
Pablo Cubero Moráis
María Jesús Estébanez Elguezábal
Francisco JesúsGalván Román
Nuria Puente Ubierna
Beatriz Bendito Guilarte
Diego Domínguez Conde
Juan García Martínez
David Pérez Torres

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