Discurso de San Lucas 2012

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Excelentísimo Señor Rector, Ilustrísimo Señor Decano, estimados profesores y compañeros, en nombre de la Academia de Alumnos Internos de Medicina de esta Universidad, les agradezco profundamente este espacio que un año más nos conceden para acercarles la realidad de nuestra Academia.

Señor Rector, en nombre de la Academia, agradezco su presencia en esta celebración de San Lucas, ya que ése es un día especial para nuestra Facultad y sobre todo para los Alumnos Internos que toman en este acto hoy posesión de su plaza.

Señor Decano, en nombre de la Academia, le agradezco que año tras año haya tenido esta deferencia con los Alumnos Internos de la Facultad, su cercanía y su esfuerzo porque cada año podamos seguir luchando para mantenerla viva.

Mis siguientes palabras no pueden ir dirigidas más que a los profesores que han alcanzado el merecido descanso de la jubilación y hacia aquellos que junto al personal de Administración y servicios han trabajado en nuestra Facultad durante veinticinco años, y que en el día de hoy son homenajeados por todos nosotros como premio sobradamente merecido a su esfuerzo y dedicación. Mi más sincera enhorabuena.

No puedo dejar de agradecer tampoco a todos los miembros de los servicios de Urgencias tanto del Hospital Clínico Universitario de Valladolid como del nuevo Hospital Río Hortega, que con paciencia, disposición, atención y simpatía, día a día hacen posible nuestra labor y nuestra formación, como médicos y como personas. Sin olvidar tampoco a los miembros de los servicios de secretaría, de los distintos departamentos, de los laboratorios, de jefatura de estudios y administración, sin los cuales, tampoco sería posible llevar a cabo todas nuestras funciones. Pero he de hacer una mención especial a todos aquellos de nuestros maestros y compañeros que están sufriendo las consecuencias de esta terrible crisis. Personas que nos han demostrado su cariño, su profesionalidad y su disposición desinteresada para con los alumnos internos, personas que nos ayudan en nuestra formación y nuestra labor, y que a pesar de sus preocupaciones, nos corrigen nuestros errores, nos escuchan y nos explican sin borrar nunca su sonrisa. Solo puedo decirles ánimo, puesto que la gente que vale, que se compromete con la vida y con los pacientes, y que se esfuerza y lucha por lo que ama, acabará logrando lo que se proponga. Y por supuesto, no debo olvidar tampoco al Doctor Manso, gran maestro y mejor persona, del que todos hemos recibido y del que guardamos alguna anécdota, alguna frase, pero sobre todo, su disposición para el paciente y su vasto conocimiento y excelente ejercicio de la medicina, manteniéndose  abierto siempre a los alumnos. Que en paz descanse.

Es para mí un orgullo estar hoy aquí dirigiéndome a todos ustedes, a pesar de las duras pruebas a las que nuestro tiempo nos está sometiendo, y que ni siquiera nuestra Academia está indiferente.  Nunca imaginé que fuese a tomar el relevo de ser la representación de esta institución que frente a los cambios políticos, educativos y sociales que se han experimentado en los más de 110 años que lleva en esta facultad, sigue en pie, luchando cada día, cada año, por tratar de llevar a los estudiantes de medicina más allá de las aulas, llevarle al paciente, a la sociedad, a la realidad, fuera de los libros. Porque nuestra Academia refleja lo que está sucediendo en nuestro más próximo entorno. Cada día parece una lucha por conseguir más con el menor esfuerzo, y una tenaz insistencia en conseguir títulos y reconocimientos, oficiales o no, a nuestro trabajo. Se está perdiendo el verdadero valor vocacional de nuestra profesión. Se nos exigen resultados, números, eficiencia, eficacia, productividad… Se da un costo a la atención a la salud, cuando una vida no tiene precio. Siempre se me dijo que un médico nunca deja de ser médico, aun cuando su jornada (hasta ahora al menos) era de ocho horas diarias y sus guardias, puesto que su obligación era atender al inválido, al enfermo, al traumatizado, al accidentado… independientemente de su raza, sexo, color, condición social… en cualquier momento y lugar. Ahora, se nos está dirigiendo a cambiar el valorar el estado general del paciente cuando lo vemos entrar en consulta por ver su color de piel y sus rasgos físicos, en lugar de preguntar por el motivo de consulta pedirle la carta de inmigración o la tarjeta sanitaria. Desde luego, esta situación no es culpa de unos pocos, sino que todos, incluidos los que aún no hemos entrado a formar parte de la población activa, hemos contribuido de uno u otro modo, pero es evidente que pagan más las consecuencias quienes siempre han estado en la base y no los de la cúspide. Y evidentemente, una pirámide, sin base, se cae. Por eso, como nueva presidenta de la Academia, animo a estos nuevos miembros que hoy comienzan su andadura, que sigan luchando por lo que quieren, por tratar de dar de sí mismos lo más que puedan y que recuerden que nadie les va a reconocer nada. Pero que pese a ello, sigan luchando por lo que quieren, porque la mayor recompensa es la satisfacción del trabajo bien hecho, de hacer lo que te gusta, de una sonrisa y un “gracias” de alguien a quien le has aliviado el sufrimiento. Que pese a los recortes, los rescates, los riesgos,… sigue habiendo cosas que no se compran con dinero. Que aprovechen esta extraordinaria oportunidad que se les brinda para poder entrar en contacto con lo que verdaderamente venían buscando cuando decidieron dedicarse a esta dura, pero agradecida profesión.

Es cierto que los alumnos internos cada vez tenemos menos presencia, pero cada vez se da, como ya he dicho, más importancia a nuestra preparación teórica y títulos oficiales, quedando nuestra actividad práctica a un segundo plano. Pero es que además, en una práctica de medicina defensiva, cada vez se da menos autoridad y responsabilidad a los novatos, incluidos los R1.

No acabar sin recordar que, ante todo, somos compañeros. Son tiempos difíciles para todos, por lo que os pido que no lo utilicéis para aumentar la ya conocida competitividad que cada día aprecio más entre nosotros y nos apoyemos, nos ayudemos. Pero sobre todo, que seáis honrados y honestos, con vuestros compañeros, pero sobre todo, con vosotros mismos.

Durante este año hemos continuado ofreciendo cursos para completar la formación de nuestros compañeros, dirigidos bien a todos los alumnos de nuestra facultad como exclusivamente a los alumnos internos para mejorar su preparación. Durante el pasado mes de octubre se llevó a cabo nuevamente el curso de técnicas sanitarias básicas, dirigido a alumnos internos, donde se les enseñó la colocación de vías, suturas sencillas y sondaje.  Durante el mes de abril de este año se ofrecieron unas charlas sobre actuación en urgencias. Desde aquí queremos agradecer la participación activa y su implicación tanto a los profesionales que se ofrecieron para colaborar con nuestra Academia, como a aquellos de nuestros miembros que se esforzaron por preparar y exponer una serie de casos clínicos interactivos.

En lo referente a nuestra revista “Clínica”, este mes de mayo se envió el último número de la misma, que comprendía los números 21 y 22 de la misma. Como habréis podido comprobar aquellos que estáis suscritos a la misma, en este último número se pidió una puesta al día en el pago de la misma, ya que es gracias a ustedes y a todos quienes participan enviando sus artículos los que hacen posible que año tras año nuestra revista siga viva. Este año tenemos el objetivo de elaborar la versión online de nuestra revista, adaptándonos a los nuevos tiempos, de modo que sea mucho más accesible para todos nuestros miembros y suscriptores, así como dar a conocer nuestra revista a un público mucho más amplio. Para ello, se va a tratar de crear enlaces a través de páginas ampliamente consultadas y conocidas por un público amplio, como Medline o Pubmed. Con esta nueva versión de “Clínica” queremos ofrecerles, asimismo, un sistema de pago más sencillo y seguro, instrucciones que se irán haciendo públicas en corto plazo.

En lo que respecta  al funcionamiento interno de la academia durante este año, cabe mencionar ante todo el gran desarrollo de nuestra propia página web, que cada día, gracias a la enorme implicación y al meritorio esfuerzo de nuestro compañero David Pérez Torres, se va mejorando, evolucionando y adaptando a las nuevas circunstancias y necesidades de nuestra Academia. Durante estos dos años de funcionamiento de nuestra web, ha sido muy notoria la ventaja que ha supuesto en cuanto a la manera de contactar y comunicarnos con nuestros compañeros, así como la manera de exponer y comprobar nuestras guardias. Como novedades, se ha instaurado un sistema de mensajería directa o chat, un correo directo a los diferentes miembros de la junta directiva, y próximamente, un enlace directo a la versión electrónica de nuestra revista “Clínica”.

ACADEMIA DE ALUMNOS INTERNOS

Avenida de Ramón y Cajal 7, 3ª Planta, Edificio Ciencias de la Salud

Facultad de Medicina, Universidad de Valladolid. 47003 Valladolid (España)